OCTUBRE 5 AL 11.
"Se dice
que en el término medio está la virtud; lo más probable es que en el término
medio se encuentre el tedio." Eugenio d`Ors
LA MODERACIÓN.
Compañeros a
continuación les comparto el texto referido a las actividades sugeridas para
esta semana que finaliza en octubre 11. En este relato intento consolidar los
aspectos y reflexiones sobre los cuales nos invitó a reaccionar la profesora (o
mejor….docente facilitadora?, moderadora?, tutora?...) y espero incluso tomar conciencia de aquello
que leí y que deseo aprender acerca de la moderación, para mí proceso y por
supuesto para la aplicación desde mi rol en este foro.
Para iniciar les
comento que mis experiencias de aprendizaje en ambientes virtuales no son
abundantes. Fundamentalmente esta Maestría que estoy haciendo y un Diplomado
que realice hacia mediados de 2015, ambas en el rol de estudiante, no sobra
aclararlo. He concluido que existe una gran diferencia entre el Diplomado y la
Maestría, a favor de esta última. En retrospectiva hoy puedo ver que el
ejercicio de los docentes en el diplomado estaba muy limitado al proceso estrictamente
de cumplir con el calendario y las actividades, notándose, con muy contadas
excepciones, que el “estilo” del docente era sobretodo instruccional, o en términos
de este módulo, estaban instalados en el rol de “expositores”. En cambio en la
Maestría he sentido al docente, en términos generales, como un “par” (en el buen sentido de la
palabra…y a sabiendas de la autoridad que le da su investidura), que está
apoyando mi proceso de aprendizaje y que está en disposición de atender y
escuchar mi “voz y mi tono” dándole importancia desde lo particular e individual,
pero sin perder la visión colectiva en la que todos los participantes hacemos parte de
una construcción del saber. En este orden de ideas los docentes que he tenido
en esta Maestría los he sentido bien sea como facilitadores y/o moderadores,
cada uno adoptando su propio “estilo” en cuanto a la voz, tono y estrategia de
pensamiento crítico que toman como postura para desarrollar su rol de
facilitadores y acompañantes. A pesar que me he enfrentado en algunas ocasiones
a temáticas que en un principio no me perecían atractivas, logre engancharme, por
medio de buenas prácticas motivadoras y acudiendo a estrategias de reflexión
ofrecidas por el docente en el ejercicio de la enseñanza. Le encontré un
sentido y significado a mi participación y ello me impulsó a participar en
forma activa, propositiva, constructiva, colaborativa y reflexiva.
Curiosamente, tal vez sin darme cuenta, pienso ahora, no he sentido la típica inclinación
por preocuparme por la calificación, pero si me ha interesado bastante poder
recibir por parte del docente la retroalimentación de mi proceso, por el mismo interés
con el que lo he querido asumir.
A estas alturas
del proceso de la Maestría me queda suficientemente claro que el esquema de
antaño, donde el profesor era el centro y eje principal (y único?) de los
procesos de aprendizaje y enseñanza ya no es vigente, para escribirlo en
términos del tema de esta semana: “su pontificado a finalizado”. La propuesta entonces
es permitir que ese lugar central y principal sea asumido por el estudiante, es
decir que los procesos de enseñanza y aprendizaje giren en torno a él, como
protagonista principal.
Lo anterior
no significa relegar a un segundo plano el rol del docente, todo lo contrario,
pienso que el desafío es aún mayor, porque tendrá que “ausentarse de sí mismo”
para moderar, dirigir, acompañar, monitorear el proceso de aprendizaje,
logrando un balance adecuado entre la particularidad de cada individuo y el
objetivo colectivo que permitan ofrecer retroinformación constructiva en pro de
lograr aprendices autónomos. Esto en un escenario virtual toma mayor
complejidad por el desvanecimiento de cualquier tipo de barrera que se presenta
en los escenarios académicos digitales.
Lo que
Collison et al, denomina la “facilitación desde el lado”, lleva entonces a que
el docente en el proceso comunicativo asuma su rol moderador o facilitador sin
que tenga que recurrir “a una visión personal y creativa, sino más bien,
aclarar y extender el pensamiento de otras personas”. Todo un desafío que implica por lo menos proyectar
una imagen de neutralidad y objetividad en el manejo del foro, por más que
tenga posturas personales sobre el tema que se esté tratando. Considero que ese
es el gran reto que implica ubicarse como “facilitador desde el lado”.
Ahora bien,
según este escenario deberá entonces el estudiante tomar conciencia de su nuevo
rol, al convertirse en centro del proceso de aprendizaje y asumir como tal
dicha responsabilidad, esto se le facilitará en la medida que haga progresos en
pro de lograr autonomía en su aprendizaje y en identificar las motivaciones que
lo mueven para lograr el objetivo.
Por último me
queda entre líneas la siguiente inquietud que les quiero compartir: ¿Y qué pasa
si a cambio de considerar al estudiante como el eje central de los procesos de
enseñanza y aprendizaje, consideramos una visión en la que sea el aprendizaje el elemento central?, al fin de cuentas ese es
el principal motivo y objetivo de todos (docentes y discentes) en cualquier
comunidad que pretenda crecer en su saber, y como el aprendizaje es un proceso intrínseco
y particular a cada ser humano, cada alumno en comunión con ese deseo de
aprender y crecer en su saber se convertirá en el propio motor de su proceso.
Con Respecto a
la actividad relacionada con el rol de dibujante, les comparto dos mapas, el
primero donde muestro el relacionamiento de mi aula de clase en el espacio físico
(figura 1), es decir cuando tenemos encuentros presenciales. En ella logré
evidenciar que se establecen unas especies de “grupos y subgrupos invisibles”,
que se forman por algún tipo especial de afinidad (laboral, geográfico, interés
de un tema de estudio), e inclusive se generan relaciones de comunicación (que
se ven en líneas punteadas) entre diferentes grupos. También resulta evidente
que existen personas que no tienen un “territorio” definido con otros y se muestran de forma
individual, pero logran de todas formas establecer enlaces de comunicación con
algunos subgrupos.
En cambio
cuando construí para ese mismo grupo de personas la red de comunicaciones en un
escenario de un aula digital (figura 2), las barreras se desvanecen y comienzan
a aparecer incluso otro tipo de conexiones que en el espacio físico no se
presentaban tan claramente. En esta red se logra detectar tres niveles de
intensidad o número de conexiones de comunicación, existen alrededor de 4-5
personas que son muy activas, luego viene un gran grupo de personas que tienen
poca actividad o relacionamiento en el espacio virtual y existe un número
reducido de personas que se vuelven prácticamente invisibles en este escenario.
Adjunto las
dos figuras a continuación.
Saludos,
Eugenio R:
Eugenio, impresionantemente racional y humano cuando afirmas"cada alumno se convertirá en el propio motor de su proceso" puesto que formamos humanos no máquinas, no deberíamos estandarizar, tener mínimos o máximos, debido a que como lo afirmas somos FACILITADORES en los que el alumno busca su punto de apoyo. No son envases vacíos a llenar con saberes, deben de aprender a fallar, genéticamente el ser humano ya está prediseñado para aprender en su contexto y nosotros le brindamos las herramientas con humanismo; En otras palabras EDUCAR CON AMOR (vocación)
ResponderEliminarGracias Alberto por tu aporte
EliminarEugenio:
ResponderEliminarEncontrar sentido y significancia en la participación llevan al docente y al estudiante a adquirir nuevos aprendizajes que fortalecen de alguna manera los aprendizajes significativos, en muchas ocasiones el docente ocupa distintos roles desde su ser de maestro, cabe decir que en alguna época el maestro era considerado simple expositor, en otros momentos facilitador y en otros moderador sobre todo en ambientes de aprendizaje virtuales.
Gracias por tu aporte Adriana, así es, aún ejerciendo el oficio, el docente debe estar en permanente postura de aprendizaje.
ResponderEliminarHola Eugenio: Mencionas algo muy importante en cuanto el aprendizaje es intrínsico y particular a cada ser humano, si estamos formando sujetos es ver sus particularidades, intereses, motivaciones y demás asuntos que los harán totalmente distintos en su relacionamiento con los demás...
ResponderEliminarGracias por tu aporte Astrid. Así es y nos queda ese gran desafío como docentes.
EliminarEste comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarhola Eugenio, me llama la atención lo que compartes acerca de que aunque algunas temáticas no te parecían inicialmente muy atractivas poco a poco te fuiste enganchando con ellas debido al rol mediador y facilitador de los docentes; lo que nos lleva a entender como el papel del educador es tan importante en los procesos que direcciona, donde su postura como agente motivador puede dejar huellas permanentes en los educandos; despertando su interés por el aprendizaje y no por una calificación.
ResponderEliminarGracias por tu aporte Beatriz
ResponderEliminar
ResponderEliminarHola Eugenio, los proceso de enseñanza y de aprendizaje mediado por TIC son una experiencia difícil y enriquecedora y que se fortalece y se hace más agradable cuando nos encontramos con maestros – profesores- facilitadores-moderadores – tutores como los que tenemos y hemos tenido en esta maestría que día a día van enriqueciendo nuestro acervo académico y nos van renovando el chip que tenemos en nuestro cerebro para que cada día seamos más abiertos al cambio y aceptar las diferencias existentes entre los demás y poder contribuir de mejor manera para que nuestros estudiantes crezcan en Saberes, en habilidades ( Saber Hacer ) y de manera especial en su Ser de personas.
Buenos días Eugenio, lo que mencionas del estudiante que debe asumir también su rol es fundamental, los docentes ya nos dimos cuenta que no somos el centro de los procesos de enseñanza y aprendizaje, pero en esta medida el estudiante se debe ir asumiendo en dicho centro, para ello debe contar con la disciplina, motivación y exigencia propias de la construcción del conocimiento en el siglo XXI y del aprendizaje significativo y colaborativo.
ResponderEliminar